Historias del Ferroclub. El Ferroclub en pañales. 50 años de exito. Para ver «Quienes somos», clic aqui
Texto: Marcelo Arcas
Corrían los inicios de la década del 70 y en el edificio de los Ferrocarriles del Estado que hoy ocupa
el Poder Judicial en la Av. de los Inmigrantes, entre Retiro y el puerto, estaba la oficina de
Relaciones Públicas de Ferrocarriles Argentinos. Allí trabajaba Florencio Reyna que luego pasó a
integrar el personal del Museo Nacional Ferroviario, era conocido porque unos años antes había
ganado un millón de pesos contestando sobre historia de los FFCC Argentinos en Odol Pregunta
con Cacho Fontana. Allí conocí a Miguel Ángel, a Aníbal Mucci, a Julio Angrisano y a José Casagrande ya que todos
teníamos en común, a diferencia del resto de los socios, que nos interesaba la historia y la
preservación del material rodante ferroviario. Miguel Ángel propuso a la comisión la creación en el
club de una sub comisión de historia, archivo y biblioteca y solicitar a FA por su intermedio, la
tenencia de material rodante histórico con fines de su preservación. La misma fue rechazada y a
partir de entonces decidimos reunirnos los viernes a la noche en una pizzería de la Av. Rivadavia
para hablar y compartir fotos, libros y documentación en general del tema que nos convocaba.
Yendo a Relaciones Públicas de FA, dimos con un empleado que se llamaba Aquilino González (sin
relación con el reconocido Aquilino González Podestá) que nos sugirió que para pedir permisos de
visita y fotografiar dependencias ferroviarias, sería mejor que formáramos una asociación y hacer
las solicitudes en nombre de ella, así fue como que un viernes decidimos fundar la asociación y
para ello necesitábamos un nombre. En la casa de una tía encontré una revista del Automóvil Club
Argentino que se llamaba AUTOCLUB y se me ocurrió proponer que el nombre de de nuestra
asociación sea FERROCLUB, Pignataro dijo que era muy corto, que mejor la llamemos FERROCLUB
ARGENTINO, ya que ese nombre le daba mayor identidad. Estuvimos todos de acuerdo y
decidimos fundar el club el 30 de Agosto de ese año (1972) para hacerlo coincidir con el
aniversario de nuestros ferrocarriles.
Los primeros ocho socios fuimos:
Nº 1 – Pignataro Miguel Ángel
Nº 2 – Angrisano Julio Cesar
Nº 3 – Gutierrez Luis Oscar
Nº 4 – Mucci Aníbal Luis
Nº 5 – Cerigliano Jorge Rubén
Nº 6 – Casagrande José Andrés
Nº 7 – Arcas Marcelo Luis
Nº 8 – Trombetta Arnaldo.
En votación se resolvió que el primer Presidente sería Marcelo Arcas y el Secretario Luis Gutiérrez
y además de la actividad ferrófila se comenzó a editar una revista temática con novedades del riel
y notas históricas y técnicas.
De la pizzería pasamos a atener una sede provisoria en una dependencia del Museo Nacional
Ferroviario que funcionaba entonces, en la Galería Pacífico y su Director era el Profesor Ochoa de
Eguileor, ellos nos daban lugar y nosotros los ayudábamos a identificar fotos y demás materiales
que allí se juntaba en cantidad. Ya para esos días éramos unos cuantos los que nos reuníamos los
viernes, primero en la sede y luego en un bar de la Av. Córdoba, allí llegaron entre otros al club
Ricardo (Richard) Campbell, Mario Rabolini, Pedro Gutovnik y Aquilino González Podestá quien en
un momento nos propuso fundar la Asociación Amigos del Tranvía y en consecuencia al apoyo a
tal iniciativa la mayoría de los primeros miembros fueron socios de Ferroclub Argentino.
Eran tiempos de gobierno militar, por lo que nuestra actividad con los ferrocarriles se volvió
complicada, no había más permisos para visitar y fotografiar dependencias ferroviarias y trenes y
por un tiempo nos dedicamos a acompañar a Aquilino en sus reuniones y charlas sobre tranvías.
Cuando ocurrió la inauguración del puente ferroviario Zárate – Brazo Largo, Casagrande y
Pignataro fueron viajando en el tren de los funcionarios, se colaron mostrando el carnet de
Ferroclub. Allí conocieron al Ingeniero Butti, Gerente de la línea Urquiza y le propusieron la
preservación de locomotoras históricas de vapor por parte de Ferroclub Argentino idea que al
Ingeniero le pareció interesante y pidió que se lo soliciten por escrito. Si bien el Ing. Butti tuvo
toda la intensión de colaborar con la idea, la decisión final debía tomarla el Presidente de FA y no
ocurrió hasta la llegada a ese cargo del Ingeniero Gastón Cossettini. Así fue como tiempo después
Casagrande (yendo un día normal al trabajo) vio desde el tren al pasar por el depósito de Lynch,
que había llegado una locomotora de vapor, se bajó del tren y fue a averiguar que hacía eso allí y
le contestaron que vino para ser restaurada por un club de aficionados, la locomotora era la Yatay
y nacía así la primera sede propia del Ferroclub Argentino.